Hoy, ahora mismo, muchos madridistas se lamentarán, o no, de la marcha de dos jugadores como Arjen Robben y Wesley Sneijder, futbolistas que, pese a llegar a semifinales de la Liga de Campeones con sus respectivos equipos Bayern e Inter, no tuvieron cabida en el nuevo proyecto de Florentino Pérez y su Real Madrid 2009/2010.
Para todos aquellos aficionados que sientan la consiguiente envidia por el hecho de que Robben y Sneijder estén cerca de conseguir la Copa de Europa, que recuerden los motivos de su marcha, hacer caja.
Muchas fueron las voces, yo la primera, que no llegaron a entender como jugadores de su calidad abandonaban el club blanco el pasado verano, y aunque estaba más que claro que se debía a la necesidad de obtener dinero para poder contratar a los galácticos que Florentino había prometido, Kaka, Cristiano, Xabi Alonso,…hoy, esos futbolistas han reivindicado su papel en sus equipos. Robben consiguió anoche que el Bayern de Munich alcanzara las semifinales de la Champions con un golazo ante el Manchester United, mientras que Sneijder clasifico a su equipo, el Inter de Milán con un gol de falta directa ante el CSKA de Moscú.
Pese a todo lo dicho, creo que también sería oportuno destacar que si ambos jugadores hubieran seguido en el Real Madrid, su papel a día de hoy sería menor que el que interpretan en sus respectivos clubes.
Robben seguiría siendo ese jugador de calidad intermitente que alegró y desesperó por momentos a la afición, recordemos las continuas lesiones que sufrió y el gran pecado que cometía con mucha frecuencia, el individualismo, su “yo contra todos”, si bien es cierto que podría resolver un partido en un momento difícil. Pero, ¿de verdad es comparable su calidad con lo que ha venido demostrando, hasta el día de hoy, el juego de Cristiano Ronaldo?.
El caso de Sneijder, creo que aún es más claro. El holandés fue vendido ante la llegada del astro brasileño Kaka, y pese a que aún este futbolista no ha hecho gala de esa calidad, toque y visión de juego que ha dejado impreso durante años en su curriculum, Sneijder no aportaría mucho más de lo que ya hace un compatriota suyo, Rafael Van der Vaart, que suple, con garantías, a la que fuera figura indiscutible y aclamada del Milán.
Para todos aquellos aficionados que sientan la consiguiente envidia por el hecho de que Robben y Sneijder estén cerca de conseguir la Copa de Europa, que recuerden los motivos de su marcha, hacer caja.
Muchas fueron las voces, yo la primera, que no llegaron a entender como jugadores de su calidad abandonaban el club blanco el pasado verano, y aunque estaba más que claro que se debía a la necesidad de obtener dinero para poder contratar a los galácticos que Florentino había prometido, Kaka, Cristiano, Xabi Alonso,…hoy, esos futbolistas han reivindicado su papel en sus equipos. Robben consiguió anoche que el Bayern de Munich alcanzara las semifinales de la Champions con un golazo ante el Manchester United, mientras que Sneijder clasifico a su equipo, el Inter de Milán con un gol de falta directa ante el CSKA de Moscú.
Pese a todo lo dicho, creo que también sería oportuno destacar que si ambos jugadores hubieran seguido en el Real Madrid, su papel a día de hoy sería menor que el que interpretan en sus respectivos clubes.
Robben seguiría siendo ese jugador de calidad intermitente que alegró y desesperó por momentos a la afición, recordemos las continuas lesiones que sufrió y el gran pecado que cometía con mucha frecuencia, el individualismo, su “yo contra todos”, si bien es cierto que podría resolver un partido en un momento difícil. Pero, ¿de verdad es comparable su calidad con lo que ha venido demostrando, hasta el día de hoy, el juego de Cristiano Ronaldo?.
El caso de Sneijder, creo que aún es más claro. El holandés fue vendido ante la llegada del astro brasileño Kaka, y pese a que aún este futbolista no ha hecho gala de esa calidad, toque y visión de juego que ha dejado impreso durante años en su curriculum, Sneijder no aportaría mucho más de lo que ya hace un compatriota suyo, Rafael Van der Vaart, que suple, con garantías, a la que fuera figura indiscutible y aclamada del Milán.
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